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Foto del escritorGabriela Solis

El adversario


“Basado en hechos reales” es una advertencia que usualmente sirve para acrecentar el asombro por las acciones heroicas o el temple ante la tragedia. En este caso, sólo acentúa el horror. Se trata de la historia de Jean-Claude Romand, quien durante 20 años hizo creer a amigos y familia que era médico y tenía un alto cargo en la OMS. A punto de ser desenmascarado, asesinó a sus padres, su mujer y sus hijos para evitar la humillación de hallarse descubierto.


¿Qué lleva a un hombre a edificar su vida sobre mentiras que van creciendo en extensión y profundidad? ¿Y qué clase de mundo es uno donde semejante estafa puede triunfar? La teoría es que Romand mentía para evitar la depresión inevitable al verse a sí mismo como lo que era: un hombrecillo mediocre. Pero un mentiroso patológico no sabe cómo dejar de mentir –es su mecanismo de protección. Una vez en la cárcel, Romand empieza a contarse una nueva mentira, ayudado de la neurosis religiosa: es un gran criminal en el camino de la redención mística.


Hay un riesgo ético para el escritor que cuenta este tipo de historias: glorificar al asesino. Carrère es consciente de ello y se impone mecanismos para mostrar a Romand en su ínfima, verdadera dimensión: señalar cómo en realidad es mucho más un pequeño estafador mezquino ­–sin gloria– que una mente criminal. También señala lo peligroso de la doctrina cristiana: los discursos angelicales sobre la infinita misericordia del Señor, las maravillas que Él opera en las almas corruptas sirven para evitar que Romand recobre el contacto con la realidad.


“Una lucidez dolorosa es mejor que una ilusión aplacadora”, dice el autor, y la religión es uno de los anestésicos más poderosos. Sin embargo, también es un remanso ante lo inexplicable. Carrère le miente a Romand cuando éste le pregunta si cree en Dios, pero su argumento tiene todo el peso de la lógica:


“Para mirar de frente, sin complacencia morbosa, la oscuridad en que ha estado usted, en la que todavía se halla inmerso, hay que creer que existe una luz bajo la cual todo lo que ha sido, incluso la desdicha y el mal excesivos, se nos hará inteligible.”
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